Fernando VI fue
el segundo Borbón español tras Felipe V. Con esta nueva dinastía se impulsaron
reformas internas como la de la administración, el control de la Iglesia y la
intervención del Estado en la economía ya que se estaba imponiendo el modelo
del absolutismo francés. Su reinado fue muy pacífico y hubo neutralidad frente
a Francia e Inglaterra mientras ambas intentaban una alianza con España.
Durante su
reinado, que duró de 1746-1759, Fernando VI se apoyó en una generación de
ministros burócratas como el marqués de la Ensenada (partidario de la alianza
francesa), José de Carvajal (partidario de la unión con Inglaterra) y Villarias.
El primer
gabinete ministerial estuvo formado por Villarias y Ensenada. Este último
intervino en todos los problemas del Estado, pero sobretodo en la política
internacional, por lo que acaba marginando a Villarias. Mientras, Carvajal se
convierte en el nuevo decano del Consejo de Estado.
En este nuevo
gabinete, formado por Carvajal y Ensenada en diciembre del 1746, se confirman
las atribuciones de Carvajal como consejero, ministro y decano de Estado. Así mismo,
el 3 de enero de 1747 Carvajal es nombrado Secretario de Estado, que junto a
Ensenada el cual era Secretario de hacienda, Guerra y Marina e Indias
acapararán la mayor parte del poder político durante dicho año.
Ambos ministros
son partidarios de los Ministerios y están en contra de los Consejos. Además,
Carvajal defendía la existencia de un Primer Ministro (ya existente en otras
Monarquías). Estos se dedicaron mucho a la política interior dejando de lado la
política exterior que sufrió un desequilibrio en 1754 debido a la muerte de
Carvajal, la lucha por controlar el aparato ministerial y la rivalidad entre
los que querían la alianza con Francia y los que la querían con Inglaterra.
Como consecuencia, este gobierno desapareció, y el posterior vino encabezado
por Ricardo Wall, quien nombrado Secretario de Estado.
Más tarde se dispone
que la Secretaría de Estado se encargue de las relaciones exteriores, que a la
Hacienda se le atribuyan los asuntos de las rentas reales, maestrazgos y las
“tres gracias”, el gobierno de los tribunales y la designación de sus integrantes
quedan a cargo de las atribuciones de Gracia y Justicia, y a la Secretaría de Guerra se le encarga la
correspondencia con los Capitanes Generales, los Intendentes, el reclutamiento
, alojamiento y alimentación de las tropas. Así mismo, al unirse las
Secretarías de Marina e Indias y entregárselas a Arriaga se ordenaron las
competencias de los departamentos.
En la política
exterior de Carvajal, el principal suceso fue el enfrentamiento con Portugal. Para
la corona las aportaciones llegadas desde América fueron muy relevantes, pero
cuando una expedición portuguesa pone en peligro este equilibrio al asentarse
en la colonia de Sacramento se tiene que poner un acuerdo pacífico, reflejado en
el Tratado de Madrid (1750). De esta manera, Portugal renunciaba a tal colonia
y a su pretensión de libre navegación por el Río de la Plata. A cambio, España
cedía dos zonas en la frontera brasileña donde se encontraban algunas
reducciones guaraníes de los jesuitas. Estos tuvieron que ser expulsados, lo
que condujo a un gran enfrentamiento de reducciones. Este hecho provocó una crisis
en la Corte Española que concluyó con la caída de Ensenada (favorable a los
jesuitas) cuando este protestó con el fin de cancelar el tratado de límites.
Hubo una
modernización en cuanto a la construcción de caminos, canales y puertos, y
la construcción naval para la Armada.
Este monarca fomentó la cultura con la creación de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, de tal manera se posibilitó la entrada de la Ilustración a España para acabar con el aislamiento de esta.
En las
relaciones con la Iglesia, la política regalista alcanzó pleno éxito en el
Concordato de 1753 con los Estados Pontificios, beneficioso para la Corona y un
gran control de la Iglesia puesto que atribuía al rey el patronato universal.
El último año
de su vida, Felipe VI quedó recluido en Villaviciosa de Odón, Madrid debido a que
se había sumido en la locura como consecuencia de la muerte de Carvajal, de la
reina y del destierro de Ensenada. España mantuvo una administración paralizada
y sin rey hasta la llegada de su hermanastro Carlos, que se hizo con el
trono al haber fallecido Fernando, sin descendientes, tras trece años de
reinado.
Muy buena entrada, Ana.
ResponderEliminarAtentamente,